Las leyes RICO, o leyes sobre Racketeer Influenced and Corrupt Organizations (organizaciones corruptas o con ánimo de extorsión, más o menos) son una serie de estatutos criminales aprobados en los años setenta para combatir el crimen organizado. La idea es que, cuando estás intentando combatir una organización criminal, a menudo es difícil demostrar que sus líderes tienen implicación directa en un delito específico (desde un homicidio a una red de extorsión), a pesar de que es obvio que están relacionados. En una acusación bajo RICO, la fiscalía sólo tiene que demostrar que existe una “empresa criminal” y que los acusados son miembros, no que un miembro determinado fuera autor material de un delito.
Es casi entrañable que Donald J. Trump, expresidente de los Estados Unidos, golpista ocasional y cretino a tiempo completo, haya conseguido ser acusado de un doblete histórico en acusaciones criminales. Tras ser procesado por su intento de golpe de estado hace unos días utilizando una ley que fue aprobada explícitamente para combatir el Ku Klux Klan, ayer consiguió la proeza de ser acusado utilizando RICO, la ley por excelencia para combatir organizaciones mafiosas1.
Es lunes en Atlanta, Georgia, y a Donald Trump le han caído trece cargos más2 por una multitud de delitos relacionados por su intento de subvertir las elecciones presidenciales en ese estado.
¿De qué delitos se le acusa directamente?
De los múltiples procesos judiciales contra Trump, el de Georgia es el más vistoso y espectacular de todos. Para empezar, al ex-presidente le han procesado por los siguientes delitos:
Pedir a un cargo público que vulnere su juramento (tres cargos), que es la forma rebuscada local de decir que Trump intentó pedir a otros que prevaricaran.
Conspiración para hacer que alguien finja ser un cargo público, siguiendo la estela de esos “delegados falsos” en el colegio electoral del que hablamos el otro día.
Conspiración para preparar documentos falsos en primer grado (dos cargos)
Conspiración para cometer falsedad documental e informes falsos (dos cargos)
Conspiración para presentar documentos falsos
Presentar documentos falsos
Falsedad documental
Violación de la ley RICO de Georgia
Para cometer violaciones de RICO, por supuesto, necesitas tener una organización criminal detrás, así que la fiscalía no sólo está acusando a Trump en este escrito, sino a 18 amiguetes y asociados del ex-presidente. Y es una lista gloriosa que incluye a Mark Meadows, jefe de gabinete de Trump en la Casa Blanca, el iluminado de Rudy Giuliani, confirmando su título de hombre más estúpido de América, los abogados de Trump Jenna Ellis, Ray Smith, Sydney Powell, John Eastman y Kenneth Chesebro, el tipo del departamento de justicia que estaba entusiasmado con dar un golpe de estado, Jeffrey Clark, varios delegados falsos, e incluso un par de tipos acusados de intentar intimidar directamente a cargos públicos del estado3.
Los delitos de los que se acusa a Trump, de ser condenado, pueden resultar en una condena de más de 60 años de cárcel. RICO, por sí solo, son de cinco a veinte años de prisión. Es decir, este no es un caso sobre detalles contables, faltas administrativas y pecaditos derivados por exceso de entusiasmo. Son delitos muy graves.
¿Pero qué hicieron?
Todo el texto de la fiscalía es bastante espeluznante, pero quizás lo más delirante es que Trump no estaba montando una conspiración criminal para invalidar el resultado de las elecciones, sino cuatro.
Amenazas y presiones a cargos públicos para que cambien el resultado de las elecciones: Trump y sus secuaces se pasaron dos meses presionando a legisladores estatales, funcionarios y responsables del recuento estatal para que cambiaran el resultado de las elecciones, incluso amenazándoles directamente. Esta es la acusación más delirante, porque tenemos la grabación de una llamada telefónica del mismo presidente de los Estados Unidos al secretario del estado de Georgia, Brad Raffensperger, pidiéndole que “encuentre” 11.780 votos y le haga un favor, ya que si no está corriendo un “grave riesgo”. La historia salió a la luz tres días antes del asalto al capitolio, así que está un tanto olvidada, pero cielos santo si no es un delito como la copa de un pino.
Delegados falsos al colegio electoral: esta es la versión estatal de la conspiración del otro juicio contra Trump del otro día. En pocas palabras, Trump y sus mariachis intentaron suplantar a los delegados que iban a votar por Biden en el colegio electoral, o en el “peor” de los casos, iban a pedir a Mike Pence que los diera por válidos.
Manipular las máquinas de contar votos: este es el delito más cómico de todos. Los trumpistas se pasaron meses diciendo que las máquinas de recuento utilizadas en Georgia tenían un software secreto creado por Hugo Chávez y los Gnomos de Zurich4. Para demostrarlo, parte del equipo de Trump intentó hackear las máquinas de recuento ellos mismos, conspirando con funcionarios de un condado rural cerca de Atlanta para que les dejaran trastear con ellas. Algo que, huelga decirlo, es un delito.
Obstrucción de la justicia: la montaña de delitos de falsedad documental y demás, perjurio, etcétera. Lo normal cuando intentas encubrir un golpe de estado.
Dado que estas cuatro tramas estaban siendo (mal) ejecutadas por un grupo de personas a las órdenes de un líder claro y definido, la fiscalía cree que puede utilizar RICO para atar todas estas tramas con un lacito y llevar a los 19 procesados a juicio simultáneamente.
¿Por qué Georgia?
La parte más importante de esta acusación, aparte de los cargos y el hecho que está hablando sobre un golpe de estado, es quién la presenta: Fani Willis, fiscal del distrito del condado de Fulton, en Georgia. Es una fiscal estatal, y los cargos contra Trump son por vulnerar leyes del estado de Georgia. No son delitos federales. Eso quiere decir que si Trump fuera elegido presidente de nuevo el 2024, no podría indultarse a sí mismo, algo que sí puede intentar con sus dos juicios federales, el de los documentos secretos que se llevó de la Casa Blanca de recuerdo y el golpe de estado.
También importante, y algo que no se le escapa al iracundo y muy vengativo Trump, es que gran parte de los cargos públicos a los que amenazó y testificaron contra él son republicanos. El secretario del estado, vicegobernador y gobernador de Georgia, así como los líderes de las dos cámaras legislativas, son miembros del GOP, y todos, sin excepción, rechazaron seguirle el juego a Trump. Aunque el presidente intentó hacer jugadas y montar tramas similares en Pensilvania y Michigan, allí se hubiera topado con políticos demócratas, que en teoría tendrían incentivos partidistas para denunciarle. Estos son sus compañeros de filas, y son los que declararon ante la fiscalía y la prensa que Trump les estaba pidiendo cambiar el resultado de unas elecciones.
La guinda final es que el estado de Georgia permite cámaras de televisión dentro de los juzgados, a diferencia de los tribunales federales. Así que este caso lo podremos ver en directo, con Trump y sus dieciocho socios en el banquillo de los acusados.
¿Cuándo habrá juicio?
No lo sabemos. La estrategia de Trump, por descontado, será retrasar el juicio tanto como pueda. Es prácticamente imposible que se celebre antes que los caucus de Iowa el 15 de enero, pero la fiscal ha dicho que quiere un juicio rápido. Los plazos dependerán más del juez (que aún no ha sido asignado) que de cualquier otro factor.
Es casi seguro que los abogados del presidente van a intentar cambiar la jurisdicción del caso, alegando que debe ser juzgado como un delito federal y no estatal (ya que Trump era presidente cuando se dedicó a dar el golpe). Es muy probable que no lo consigan (las elecciones en Estados Unidos son competencia estatal, no federal), pero les servirá para añadir otra montaña de mociones, recursos, y retrasos.
¿Consecuencias políticas?
El apoyo a Trump en los sondeos de las primarias republicanas a nivel nacional no se ha movido desde el mes de abril, y sigue por encima del 50%:
Estas cifras, sin embargo, son un poco engañosas. Como señalaba Dan Pfeiffer hace unos días, las primarias no son elecciones nacionales, sino estatales, y la mayor parte de los votantes del país no les prestan demasiada atención. Los sondeos son mucho más relevantes en los 3-4 estados que votan primero el año que viene (Iowa, New Hampshire, Nevada y Carolina del Sur), donde el electorado está siendo bombardeado con anuncios y visitas de candidatos y están siendo obligados, muy a su pesar, a pensar sobre quién es el mejor candidato.
El problema es que ahora mismo no tenemos sondeos decentes. En Iowa hay uno bastante estúpido del Daily Mail con una muestra muy pequeña que además empezó a hacer entrevistas antes de la acusación federal por golpe de estado, pero nada más reciente. En New Hampshire hay uno reciente de Emerson con una muestra ridícula (402) y otro un poco anterior de NH Journal con resultados bastante contradictorios. En Nevada y Carolina del Sur hace más de un mes que nadie publica nada.
Sigo pensando que Trump es el favorito para ganar las primarias del partido, en no poca medida porque sus rivales son una panda de inútiles acomplejados incapaces de plantarle cara. Tengo la esperanza (ni me atrevo a decir sospecha a estas alturas) de que en algún momento incluso los votantes del GOP verán la montaña de acusaciones contra el expresidente en múltiples jurisdicciones y empiecen a plantearse si este señor es el mejor candidato en unas elecciones generales.
Dudo que suceda, por desgracia, especialmente cuando el resto del GOP parece estar 100% dedicado a defender públicamente a un tipo que dicen detestar en privado.
Bolas extras:
Mi argumento favorito en defensa de Trump ha sido el de Lindsay Graham, insistiendo que los intentos del presidente para manipular el resultado de unas elecciones deben ser juzgados en las próximas elecciones, sin ver contradicción alguna entre ambas cosas.
Rudy Giuliani, en sus tiempos como fiscal de distrito en Nueva York, se hizo famoso persiguiendo e imputando mafiosos usando leyes RICO contra ellos. Es una perversa, deliciosa ironía que vaya acabar su carrera defendiéndose contra una acusación RICO.
Incluyendo a Trevian Kutti, el publicista de Kanye West. No preguntéis.
Lo de los gnomos es broma. Lo de Hugo Chávez es algo que decían abiertamente.