Dos historias de apagones
De cómo los dos estados más poblados de la unión se quedaron sin electricidad
Durante el día de ayer, millones de personas en Texas, el segundo estado en población del país, sufrieron cortes de suministro eléctrico. ERCOT (Electric Reliability Council of Texas, el regulador eléctrico del estado) había decretado una emergencia eléctrica; la red, sencillamente, no podía garantizar el suministro, y empezó una serie de apagones programados por todo el estado.
Me diréis por qué esta noticia es relevante en un boletín de política americana. Bueno, la electricidad, como todo en Estados Unidos, es algo que se ha politizado en años recientes, y creo que la historia merece la pena, porque es una muestra de cómo un problema complicado no tiene respuestas sencillas. Veamos.
California
Sobre el sainete que es el mercado eléctrico en California podría remontarme unas cuántas décadas (empezando por Enron y la catastrófica desregulación del sector en los noventa), pero permitidme que me limite al pasado reciente. Este verano, el estado más rico y poblado del país más poderoso de la tierra se pasó varias semanas con apagones programados, ya que la red eléctrica no podía garantizar el suministro.
Estos apagones eran distintos a otros apagones en años recientes en los que las eléctricas cortaban la luz más o menos al azar para prevenir incendios forestales después de que líneas de alta tensión en mal estado quemaran millones de hectáreas de bosque matando decenas de personas. Las eléctricas (privadas) del estado estaban espantosamente reguladas y supervisadas, y básicamente dejaron el mantenimiento bajo mínimos. La oleada de incendios y las demandas civiles millonarias llevaron a PG&E, la mayor de ellas, a la bancarrota.
Los apagones de este agosto se debían a algo más simple: una ola de calor sin precedentes en todo el oeste del país que aumentó la demanda a niveles nunca vistos y una pifia descomunal de los reguladores del estado, que subestimaron la demanda de forma consistente. A eso le podemos añadir que California importa sobre un tercio de electricidad de estados vecinos, el hecho de que varias centrales de ciclo combinado se averiaran los días de más demanda, y que la red, ya de por sí, estaba construida con poca capacidad de reserva, y tenemos un problema serio.
Que esto sucediera, sin embargo, no era del todo inesperado. La filosofía implícita en el mercado eléctrico en California (tanto en diseño como en regulación) es primar la eficiencia sobre la fiabilidad. La idea es que los precios de mercado fluctúen mucho respondiendo a picos de demanda para incentivar el ahorro energético, por un lado, y así permitir construir menos centrales, abaratando la factura de la luz a largo plazo. Tienes un sistema eléctrico “barato” (en términos relativos) porque construyes sólo lo que necesitas, y en días “normales” pagas menos porque no tienes inversiones gigantes muertas de risa para responder a picos de demanda. A cambio, cuando tienes un pico de demanda la factura se dispara, o, en casos extremos, te cortan la luz.
Los republicanos, por supuesto, no estuvieron con estos matices sobre diseño, ingeniería y demás sandeces. La reacción habitual fue “jur jur los paneles solares de California no dan suficiente electricidad” y eso tan trumpiano de “centraaaales de carbónnnnn”. Es cierto que un tercio de la electricidad del estado proviene de renovables (faltaría - media California es un maldito desierto), pero quienes se quedaron a medias fueron las centrales de combustibles fósiles. Que los reguladores no acertaran en predecir cuántas centrales se debían construir o que la ola de calor fuera un ejemplo más de los estragos del cambio climático, por supuesto, ni mencionarlo.
El ejemplo favorito de Fox News como contrapunto a California: “estas cosas no pasan en Texas, y por eso miles de californianos se van cada día del estado.”
Ya veo.
Texas
Texas está sufriendo una ola de frío sin precedentes. Este fin de semana nevó copiosamente en la frontera con Méjico; Austin, que está en un secarral en medio de la nada, tuvo 15 centímetros de nieve fresca. En todo el estado las temperaturas han caído por debajo de cero; en muchos lugares, incluso por debajo de -10C.
La red eléctrica en Texas está diseñada siguiendo una filosofía parecida a la de California, con capacidades de reserva relativamente limitadas y precios muy flexibles. ERCOT, sin embargo, es un administrador competente, y el sistema aguanta los brutales veranos del estado con solvencia, con márgenes de reserva suficientes. La red, además, es extraordinariamente flexible, cosa que permite acomodar un gigantesco parque de generadores eólicos que cubren el 20% del total de capacidad instalada en el estado, y están montando solar como locos. En condiciones normales, cuando los molinos están funcionando y hay capacidad suficiente, Texas tiene costes de electricidad muy, muy baratos y con un nivel de emisiones bastante modesto.
Los picos de demanda en Texas son habitualmente en verano, cuando el estado llega a consumir más de 70.000 MW. Ayer la demanda alcanzó los 69.150 MW, provocando apagones en todo el estado.
Sí, 70.000 es más que 69.150, y ERCOT parece no tener problemas en verano. Ayer, sin embargo, se toparon que 30.000 MW de generación estaban desconectados, más de un tercio de la potencia instalada. Y tuvieron que empezar a desenchufar abonados.
Los republicanos, empezando por John Cornyn , senador por Texas, y siguiendo por Fox News han señalado (cómo no) a los molinos de viento. Se han congelado por el frío, repiten, y no están dando electricidad, así que puf, apagones.
Sorpresa, sorpresa: esto no es cierto. De los 30.000 MW de generación fuera de servicio, 4.000 es debido a turbinas eólicas congeladas. El resto, 26.000 MW se debe a centrales térmicas, es decir, gas natural, carbón, e incluso una central nuclear. Las eólicas, de hecho, están generando más electricidad de lo que proyectaba ERCOT, no menos. Es el resto del sistema energético el que se ha ido a tomar por saco.
¿Qué ha sucedido? Bueno, que hace frío, y las centrales del estado no están diseñadas para operar con estas temperaturas. Una central nuclear, por ejemplo, necesita agua para refrigerar el reactor. Si las cañerías que llevan el agua alrededor de la central se congelan (y en Houston están ahora mismo a -8C, y es de los sitios más cálidos del estado), el reactor no puede funcionar. Las centrales de carbón no necesitan refrigeración de este modo, pero resulta que las pilas de carbón pueden congelarse, y uno no puede andar metiendo hielo en las calderas sin romper algo. Las de gas, mientras tanto, dependen de los gaseoductos que les suministran combustible, y resulta (algo que tampoco sabía) que también pueden quedarse helados. Si a eso le sumamos que la demanda de gas para calefacciones está disparada y que, en general, los contratos de suministro para calefacción tienen prioridad (las centrales eléctricas sólo operan en picos de demanda, y Texas normalmente no tiene picos de demanda en invierno), pues el dibujo que queda es uno de apagones.
Nótese, por cierto, que todo esto sucede no por incompetencia de nadie; ERCOT ha hecho bien su trabajo. El estado simplemente tiene una ola de frío inaudita en su profundidad y duración, y eso ha hecho que la red eléctrica se quede a medias. Sobre picos de demanda y precios, por cierto, este es el mapa en el mercado mayorista de ERCOT a las 23:10, hora local, lunes por la noche (mWh):
El precio máximo regulado es de $9.000, por si os lo preguntabais. Por supuesto, en California están todos carraspeando mucho y diciendo “apagones” así en voz baja. Ya se sabe.
El mismo problema de fondo
Tanto en Texas como en California el problema de fondo es el mismo: el cambio climático. La ola de calor de California es un ejemplo obvio, y la ola de frío en Texas, aunque parezca mentira, es también fruto de la subida global de las temperaturas. Es probable que el calentamiento en el ártico ha hecho que el vórtice polar se desestabilice, provocando olas de frío en lugares inesperados a pesar de que los inviernos sean de media más cálidos.
Los republicanos, por supuesto, esto no se lo toman en serio, pero desde cuándo esto es una novedad. Pero sobre lo que hará Biden en políticas de cambio climático hablamos otro día.
Bolas extra:
Hasta donde yo sé, la red eléctrica española está diseñada siguiendo la filosofía opuesta a estos dos modelos, primando fiabilidad sobre eficiencia. Nótese que no soy ingeniero eléctrico, así que la explicación es una simplificación bastante burda. Si he cometido algún error de bulto y hay un experto en la sala, estoy más que abierto a correcciones.
Texas apenas importa electricidad porque tiene una red completamente independiente del resto del país. Esto es así desde los años treinta, para evitar que el gobierno federal pudiera regularla.
Nancy Pelosi ha anunciado la creación de una comisión independiente para estudiar qué sucedió el día del asalto al capitolio.
Trump evitó la condena en el impeachment, aunque siete senadores republicanos votaron a favor de declararlo culpable. No es que fuera inesperado, pero un tanto deprimente. Mitch McConnell ejerció su papel habitual: votó a favor de exonerarle y dio un discurso condenatorio furibundo después.
Los porteros de hockey hielo son demasiado grandes. Un estupendo artículo en el Atlantic escrito (no podía ser de otro modo) por un ex-diputado canadiense que fuera portero de los Montreal Canadiens.
Gracias a los que suscribís a Four Freedoms y contribuís, pagando $6 al mes, a mantener este boletín activo y funcionando. Este fin de semana, si todo sale bien, tendremos tertulia sólo para suscriptores el domingo a las 19:00, hora Madrid. Si queréis participar, ya sabéis.