La ambigüedad imposible del aborto
El partido republicano intenta escapar de su propia sombra
Este lunes, Donald Trump pronunció un “discurso” sobre el aborto. Pongo discurso entre comillas porque el ex-presidente no es alguien que realmente tenga ideas coherentes o detalladas sobre nada en particular, y aún menos sobre un tema que le ha importado un comino toda su vida. Lo que hizo fue colgar un video de cuatro minutos y medio en Truth Social donde explicaba cuál es su postura sobre la materia de cara a las presidenciales.
Su posición no es especialmente compleja: tras Dobbs, la sentencia del supremo que invalidaba cinco décadas de jurisprudencia (Roe contra Wade, ya sabéis), Trump cree que la legislación del aborto tiene que ser la que decidan los estados. Que vote cada uno en cada casa, y a paseo; democracia y tal.
En su cabeza, este pronunciamiento parecía una buena idea. “No tengo que decir nada, mi posición es que decidan otros”, debió pensar todo orgulloso. “A los cristofrikis de mi partido les recordaré que pueden prohibir el aborto allá donde quieran gracias a los jueces que nominé y que Dobbs fue cosa mía. Al resto, que se vayan a llorar a otra parte. Soy un genio”.
El aborto, sin embargo, es una de esas materias que tienen el inconveniente de afectar a las convicciones más profundas de muchos votantes, por un lado, y a la vida entera de la mitad de la población del país. Decir que la cosa te importa un bledo quizás sirva para que los reporteros del NYT y WaPo, en su desesperada equidistancia, digan que te has “moderado”. Para el resto de participantes en el debate, echar balones fuera no es una respuesta satisfactoria. Trump no dijo nada sobre si firmaría una ley que prohibiera el aborto salida del congreso, algo que indignó a la derecha y atemorizó a la izquierda. Y por supuesto, no dijo nada de las consecuencias de todas las prohibiciones recientes. Dado que los demócratas culpan (con razón) al expresidente de cada ley aprobada, no estaría tampoco mal saber qué opina de ellas.
Trump, sin embargo, estaba la mar de contento con su postura. El hombre nunca deja que le entreviste nadie aparte de frikis ultraconservadores1, así que no tiene que contestar preguntas de nadie. La campaña de este señor se ha convertido en una especie de test de Roscharch, con periodistas buscando ideas o estrategia entre los alaridos ocasionales del candidato. Pasemos a otro tema, debía pensar.
Al día siguiente, el tribunal supremo de Arizona prohibía el aborto por completo.
Legislando una prohibición
Hace un par de años, Arizona aprobó una ley que prohibía el aborto más allá de quince semanas de gestación. El texto era una copia de la ley de Mississippi que el supremo iba a revisar meses después; la intención es que si el tribunal aceptaba esa como constitucional, el estado tendría inmediatamente la norma más restrictiva posible.
Los republicanos del estado, sin embargo, fueron un poco más ambiciosos. La ley incluye una cláusula de apariencia inocente que señala que la norma no deroga algo llamado “sección 13-3603, estatutos revisados de Arizona, ni ninguna otra ley regulando o restringiendo el aborto”. Esta es una referencia a los estatutos de lo que era entonces el territorio de Arizona (es decir, cuando empezaba a ser colonizada, antes de convertirse en un estado de la unión) de 1864. Esa ley, el llamado código Howell, aprobado durante la guerra civil, establecía una prohibición completa sobre el aborto, con la única excepción en caso de riesgo para la vida de la madre (es decir, no incluye ni incesto ni violación), con penas de cárcel en caso de interrupción del embarazo.
La intención de los legisladores era que, en caso de que el supremo fuera más allá de aceptar la ley de Mississippi e invalidara por completo a Roe, un picapleitos entusiasta cualquiera (en este caso, el fiscal general) pudiera ir a los tribunales en Arizona y pidiera clarificar si la ley de 1864 era la que estaba en vigor. Para asegurarse que los jueces les daban la razón, los republicanos habían ampliado el tribunal de cinco a siete jueces años antes2, asegurándose una supermayoría conservadora.
El martes, los jueces hicieron lo que se esperaba de ellos y aplicaron la legislación que el GOP había escrito y aprobado - y utilizando una ley que data de las guerras carlistas, ilegalizado el aborto en el estado. No habían pasado diez minutos cuando medio partido republicano en el estado estaba huyendo como posesos del embolado en el que les habían metido.
Nada peor que un deseo cumplido
Resulta que, oh sorpresa, una prohibición total y completa sobre el aborto es increíblemente impopular. Una prohibición decretada por un puñado de jueces desconocidos lo es aún más. Y una prohibición basada en una ley de hace siglo y medio gracias a una estrategia legislativa chusquera, cínica y manipuladora ni digamos.
Básicamente, todos los cargos electos y candidatos del GOP en el estado tienen las hemerotecas llenas de declaraciones diciendo que había que abolir Roe, alardeando de la ley del 2022 e incluso fardando de ese truco del almendruco tan chulo sobre la sección 13-3603. Tras años de ponerse medallas alardeando de lo pro-vida que eran y cortejando a líderes evangélicos con promesas de prohibiciones totales, ahora que esas promesas han sido cumplidas no saben dónde esconderse.
Desde Dobbs, todos los referéndums en los que el aborto ha estado en las papeletas han acabado con derrota para los “pro-vida”. Los demócratas han ganado montones de elecciones por todo el país que nadie esperaba cuando el aborto ha estado en el centro del debate. Los sondeos son increíblemente desfavorables a una prohibición total3. Así que medio GOP está buscando alguna manera de sonar medio moderado, mientras que intentan hacer olvidar a todo el mundo a la desesperada que las leyes, nominaciones judiciales y sentencias que llegaron a este resultado son todas culpa suya.
No, así nooo
Cosa que nos lleva de nuevo al bueno de Donald Trump. Tras decir el lunes, con toda su naranja solemnidad, que el aborto será lo que decidan los estados, ayer miércoles el buen hombre salía de nuevo ante las cámaras para decir que estos de Arizona se han pasado. Cuando un periodista le preguntó, camino de su avión, si estaba a favor de una ley federal prohibiendo el aborto, dijo finalmente que no. Finalmente, en uno de esos ejercicios de ensalada de ideas tan suyas, dijo que esperaba que la ley de Arizona “la iban a arreglar” y que la de Florida (seis semanas) “quizás iban a cambiarla”. Y después volvió a insistir que los estados deben decidir sobre el aborto. Que decida el pueblo.
Esa misma tarde, la mayoría republicana en el legislativo estatal de Arizona bloqueaba los intentos de derogar la ley de 1864 que prohíbe el aborto en el estado. Quizás haya voces que quieran restricciones más razonables, pero no los suficientes como para derogar nada.
Consecuencias
La más inmediata: la ley no entrará en vigor durante al menos dos meses, y un tribunal de menor rango tiene que resolver detalles legales. Una vez esté en los libros, miles de mujeres se enfrentarán a decisiones absolutamente horribles sobre qué hacer en caso de un embarazo no deseado. Muchas pondrán sus vidas en peligro con embarazos de riesgo.
Más allá de la pérdida de libertades y sufrimiento, es muy probable que Arizona tenga una referéndum en noviembre para legalizar el aborto de nuevo. En un swing state, un lugar absolutamente decisivo en las presidenciales (Biden ganó por apenas 10.000 votos el 2020), una votación sobre un tema tan polémico en el que la posición del GOP es increíblemente impopular y que motiva a las bases demócratas es un favor tremendo para la campaña del presidente. Fuera del estado, la campaña de Biden va a culpar a Trump sobre cada historia de terror (y serán muchas) que esta ley provoque, repitiendo, una y otra vez, que esta sentencia sólo ha sido posible debido a los nombramientos de Trump al supremo, y que cuando el tipo insiste que “los estados decidan” estas son las consecuencias.
Chris Hayes, uno de los comentaristas de izquierdas más avispados de MSNBC, lleva diciendo desde hace tiempo que Dobbs recuerda mucho a la ley seca. Para los despistados, esa fue la enmienda constitucional (¡!) aprobada en 1920 que prohibió la venta de bebidas alcohólicas en Estados Unidos. Fue un fracaso absoluto que acabó siendo abolida en 1933, una de las medidas más populares de Roosevelt cuando llegó a la Casa Blanca.
No estoy seguro que sea del todo equivalente, pero no me extrañaría que el congreso, de aquí 10-12 años, apruebe una ley que esencialmente codifique Roe.
Bolas Extra
Recordaréis que hace unos meses, cuando el supremo decidió que eso de ser un insurrecto no era razón suficiente como para prohibirte ser candidato a la presidencia, uno de los motivos es que un estado de forma individual no debía poder echar a alguien de unas elecciones federales. Bueno, los republicanos en Ohio y Alabama están intentando echar a Biden de sus papeletas por un tecnicismo sobre los plazos del proceso de nominación. Los demócratas tienen varias soluciones (incluyendo acelerar plazos), pero será divertido ver qué dice el Supremo4.
Trump lleva toda la semana con recursos judiciales bizarros intentando retrasar su juicio por encubrir su aventura con una estrella del porno. La selección del jurado empezará el lunes.
Un artículo delicioso del Atlantic, publicado en 1910, sobre los peligros y riesgos en la industria de los transatlánticos, diciendo que si no hacen nada acabará habiendo un desgracia con un iceberg un día de estos.
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Esto es court packing, exactamente la misma maniobra con la que FDR amenazó al supremo en 1937, y que los republicanos en Washington dicen que es lo peor, el mal y un abuso de poder.
Tradicionalmente, una ley de plazos de 15-18 semanas era la posición mayoritaria, pero post-Dobbs volver al régimen de Roe (hasta viabilidad del feto) es de lejos la posición más popular. Sólo un 13% quiere una prohibición total.
Mi apuesta: “LOL, si lo dice el GOP me vale.”
Excelente articulo, Roger cual crees que sera lo que más motivara a las bases democratas e independientes a votar en noviembre, el tema del aborto o el voto en contra de Trump?
Hola Roger, gran artículo. Pensaba que arizona al ser swing state no aprobaría ese tipo de barbaridades, y también que las cámaras del estado etc estarían más igualadas. Creo que los republicanos se están autodestruyendo a largo plazo, pero están haciendo mucho daño en el corto plazo a mucha gente