Renfe tiene que dejar de actuar como si estuviera en el negocio de la aviación, una industria que no puede competir con el tren y odia a la inmensa mayoría de sus clientes
Los trenes no tienen alas
Los trenes no tienen alas
Los trenes no tienen alas
Renfe tiene que dejar de actuar como si estuviera en el negocio de la aviación, una industria que no puede competir con el tren y odia a la inmensa mayoría de sus clientes