Siempre se dice que hay tres tipos de canciones de música country: mi chica me ha dejado, se me ha estropeado el tractor/pick up y qué bonito es mi pueblo. No es un nivel de variación temático mucho mayor que en pop o rock, ciertamente, pero la repetición en formas y contenido en el género musical blanco y sureño por antonomasia es considerable.
De los tres arquetipos de canciones country, el de las loas a mi villorrio rural siempre me han parecido, de muy lejos, las más cargantes. Soy, por supuesto, un urbanita empedernido, pero como residente en el área metropolitana literalmente más representativa de Estados Unidos, estos cantos patriótico-aldeanos hablando de lo mucho que echan de menos la granja, la escopeta, y el incesto el tractor me ponen enfermo. Especialmente cuando esas canciones insisten en que la América “sana” y “sensata” son ellos, cuando en realidad las zonas rurales del sur de los Estados Unidos son mucho más violentas, pobres y disfuncionales que el resto del país.
La canción número uno en América estos días resulta ser una canción de este género tan especial de música nacional-alcohólica que tanto me revienta. Es una canción espantosa, pero la historia sobre cómo ha llegado donde está es muy representativa de las guerras culturales del país estos días.
Os presento “Try That in a Small Town”, de Jason Aldean:
Historia de una canción
Si os suena de algo su nombre, puede que sea porque Aldean era el artista que estaba en el escenario en la matanza del concierto de Las Vegas del 2017, en el que murieron 60 personas. A parte de esta trágica, grotesca coincidencia, Aldean es un artista típico de la música country actual. “Try That in a Small Town” es el single de su undécimo álbum; es alguien que ha vendido muchos discos y ha ganado mucho dinero durante su carrera. Os recomiendo que no busquéis su discografía, porque como casi todo el country actual me parece un peñazo insufrible, pero para gustos están los colores.
El country, como género, suele ser una música relativamente insular, popular en el sur y el centro del país, pero no en el resto de Estados Unidos. Billboard mantiene una lista de éxitos separada para el género, y sus éxitos no suelen llegar demasiado alto en el Hot 100. De vez en cuando hay algún artista o canción en particular, sin embargo, que o bien da el salto al mainstream y vende fuera del nicho (léase Swift, Taylor) o que vende tan extraordinariamente bien y es tan popular en la audiencia country como para llegar al número uno. Esta canción de Aldean ha conseguido esta proeza.
Si habéis escuchado la canción (lo siento) y prestado atención a la letra (mis más sentidas disculpas), podéis ver que “Try That on a Small Town” es muy sencilla. Un par estrofas con una lista de comportamientos incívicos (pegar un puñetazo a alguien en la calle, insultar y escupir a un policía, quemar una bandera), seguidas con un estribillo retando a que alguien haga lo mismo en un pueblo pequeño y “verá lo que le pasa”. Tras un pequeño interludio recordando que en los pueblos están armados y deseándote buena suerte, vuelta al estribillo, qué buenos mis colegas, y qué buenos somos.
Sorprende, dentro del género de canciones sobre mi jaca alabar el terruño, lo poco que habla de las bondades de su pueblo y lo profundamente cabreado que está con la vida. Más que alabar lo suyo, está hablando sobre todas esas cosas que pasan en la ciudades, que en la cosmovisión conservadora del mundo son como Mordor pero con banderas del arcoiris, y diciendo que lo que hace esa gente (y sabemos de quién habla) en su villorrio no sería tolerado, entre loas al vigilantismo.
Lo que ha hecho “Try That on a Small Town” una canción especialita no es la letra, que es de un nivel de protofascismo mediocre para lo que se estila en el género, sino el video. Si habéis visto el videoclip (lo siento mucho), no parece nada demasiado especial; es un grupo de señores muy machotes cantando delante de un edificio histórico con imágenes de caos en las ciudades intercaladas.
Pero no es un edificio histórico cualquiera. Es la Maury County Courthouse en Columbia, Tennessee, un lugar famoso por ser el escenario del linchamiento de Henry Choate, un chaval negro de 18 años, en 1927, tras ser acusado de haber “atacado” a una chica blanca. En 1946, fue también el lugar de graves disturbios raciales. Estos eventos son bien conocidos en Tennessee. No hay absolutamente nada de casual que Aldean y su equipo escogieran filmar allí. Sabían que iba a ser polémico.
Y eso era exactamente lo que buscaban.
Polémica y publicidad
Poco después de que saliera el video, activistas y ONGs variadas salieron en tromba a criticar la canción, señalando su racismo implícito y hablando sobre cómo cantar sobre tomarse la justicia por su mano delante de donde hubo un linchamiento es algo de un gusto espantoso. CMT (Country Music Television) anunció que iba a retirar el video de su programación de inmediato. Y con ello Aldean tenía lo que quería; los “censores” de la “corrección política” iban contra él, él nunca ha sido racista y quien diga lo contrario es un fascista, y soy una víctima de la malvada dictadura progrewoke y sodomita que quiere matar policías y no respeta la bandera ni los valores tradicionales de la verdadera América.
De inmediato, todos los medios de comunicación conservadores del país, desde talk radio a Fox News pasando por Breitbart o Daily Caller están escribiendo un artículo tras otro sobre la persecución de Jason Aldean y sobre cómo los intelectuales que le acusan de racista son los verdaderos racistas. Trump defiende a Aldean públicamente. La canción se convierte en una marca de identidad política, y su éxito en las listas en una victoria en la guerra eterna contra lo woke y los pervertidos de Nueva York y San Francisco. Básicamente, todos los medios que tienen una audiencia proclive a escuchar una canción que va sobre pegarle una paliza a alguien por ser impertinente y se creen víctimas del mundo están dando horas y horas de cobertura y publicidad gratuita a Aldean. Como campaña para vender discos, es una estrategia brillante. Como cruzada para salvar al país de la censura, es una chorrada sin paliativo.
Porque la verdad, esta no es la historia de esta canción, de este video, sino otra versión más de las increíblemente idiotas e infantiles guerras culturales de Estados Unidos. Muchas de las polémicas, indignaciones, cabreos y dos minutos de odio sobre la gran historia histérica de la semana son pura, simple, y llanamente el resultado de algún cretino sediento de gloria provocando para atraer la atención y poder hacerse la víctima. Medio debate político en este país es un ciclo político de millonarios saliendo por TV proclamando que les censuran tras haber dicho o hecho alguna fascistada absurda y conseguir que alguien les haga casito en el NYT o CNN. No hay más que eso.
Jason Aldean es un artista famoso con un montón de discos superventas y un publicista excelente. Han hecho una burrada con toda la intención del mundo, el tribalismo idiota de los medios de la derecha se ha puesto a tirar del carro a toda marcha, y millones de trumpistas por todo el país se han puesto una canción horrenda en Spotify durante semanas porque “eso jode a los progres”. La derecha en Estados Unidos tiene un ecosistema entero de gente que se gana la vida haciendo estas chorradas.
Sería una nimiedad irritante, excepto que escogieron a un tipo presidente no hace mucho por este motivo.
Mientras tanto, en trumplandia
Hablando de fascistas irritantes, Trump fue detenido y puesto a disposición de la justicia el jueves, y puesto en libertad hasta el juicio tras jurar cumplir varias condiciones sobre su conducta los próximos meses. El expresidente prometió no cometer crímenes federales, obstruir la investigación, hablar sobre el caso con otros testigos sin un abogado presente o amenazarles o tomar represalias contra ellos.
El sábado, Donald Trump escribía esto en Truth Social:
Algo que suena a una amenaza de tomar represalias contra sus enemigos, ciertamente.
El fiscal especial inmediatamente escribió a la jueza que lleva el caso pidiéndole explicaciones; esta respondió exigiendo a los abogados de Trump un escrito explicando qué demonios es esto el lunes. Los abogados de Donald pidieron más tiempo, la jueza les dijo que ni de broma, que esto es de locos.
Trump, un ratito más tarde:
Si este fuera un caso normal en el que un narcotraficante, mafioso, o político local cutre se dedicara a prometer venganza contra sus enemigos e insultar a un testigo (al que ya ha intentado linchar al menos una vez en el pasado) en redes sociales, el tipo estaría el lunes en el juzgado y durmiendo en el calabozo un par de semanas hasta que se le pase. Hablamos, sin embargo, de Trump, así que dudo mucho que la jueza tome medidas así de drásticas con un candidato presidencial.
Aún así, es difícil recalcar lo idiota que es este hombre, y su nula capacidad de autocontrol. Hay algunos observadores teorizando que esto lo hace precisamente para provocar una reacción legal, recurrirla y retrasar el caso tanto como sea posible, con la idea de que si aún no ha ido a juicio y gana las elecciones se podría indultar a si mismo. Es un plan dudoso, pero creo que incluso algo así de absurdo es demasiado caritativo con Trump. Este hombre es tan estúpido como parece.
Nota musical final
No toda la música country es mala, aunque género, en las últimas dos o tres décadas, se ha infectado tanto de derechismo rancio e “identidad blanca” sureña como para hacerlo casi inaguantable. Como alternativa, las discográficas decidieron “inventarse” un par de géneros nuevos que pueden definirse como “country tradicional sin fascistadas”, al que le llaman americana, y “country tradicional más cercano al bluegrass y folk”, al que le han puesto roots. Ambos géneros son esencialmente country pero sin basura macho guitarrera Fox News, y tienen montones de buenos artistas. Están también llenos de hipsters, pero ese es otro cantar.
Si queréis una buena canción de esta cuerda para sacaros a Aldean de encima, os dejo con Nathaniel Rateliff and the Night Sweats, y una canción absolutamente colosal:
Más tranquilos, los dioses del hispterismo roots y mi banda favorita en directo, Avett Brothers, en una canción que me hace llorar siempre:
Esa letra. Dioses. Son otra cosa.
Fé de erratas: perola epetición > pero la repetición, en el 1er párrafo.
qué piensas de series como Yellowstone?