Unas elecciones sorprendentes
El presidente es impopular, pero los demócratas siguen ganando
El martes hubo en elecciones en Estados Unidos, o al menos, hubo elecciones en algunos sitios de Estados Unidos1. A las épicas municipales en Connecticut (seguid leyendo para descubrir el resultado) se le sumaron un puñado de votaciones relevantes que quizás dan algunas pistas sobre el escenario político del país.
Kentucky
Hace tres años, Donald Trump ganó las elecciones presidenciales en Kentucky por unos modestos 26 puntos de diferencia, 62-36. El martes Andy Beshear, demócrata, fue reelegido gobernador del estado por cinco puntos de ventaja, 52-47.
Este es un resultado como mínimo inusual. Beshear no es un candidato especialmente conservador; uno de los temas centrales de su campaña fue proteger el derecho al aborto en el estado. Como gobernador, ha aumentado el gasto en educación e infraestructuras, y hecho un esfuerzo considerable para atraer inversiones. Beshear recibió elogios por su respuesta a la pandemia y las inundaciones que sufrió el estado hace unos años; es un político carismático, un comunicador excelente, y alguien que ha sido capaz de navegar las corrientes políticas en una región increíblemente conservadora.
Es también el hijo de Steve Beshear, el que fuera gobernador demócrata hasta el 2015. En otras palabras, es un candidato bastante peculiar, que combina talento y carisma con esa familiaridad y aprecio entre el electorado que sólo tienen las dinastías políticas del país. Es decir, podemos extraer algunas conclusiones sobre su victoria electoral, pero no demasiadas.
La primera: Biden no va a ganar Kentucky. Beshear es el candidato perfecto para el estado, y alguien que puede disociar su imagen de los debates de política nacional gracias a sus raíces políticas y familiares en el estado. Segundo, Beshear ganó las elecciones a gobernador el 2019 por cuatro décimas; el hecho de que haya mejorado sus resultados de forma considerable es una señal que la impopularidad de Biden no le ha hecho daño. En un contexto de verdadero desastre político para los demócratas, la imagen negativa del partido hubiera “infectado” la campaña y provocado su derrota. Que un candidato pueda ser reelegido así en el sur es una señal de que es posible que el contexto político no sea tan horrendo como lo pintan.
Ohio
Esa hipótesis se confirma cuando miramos a lo que ha sucedido en Ohio, algo más al norte. Aquí no había elecciones, sino un referéndum para enmendar la constitución estatal para proteger el derecho al aborto y otro para legalizar la marihuana. Los demócratas han ganado ambos de forma abrumadora, 57-43.
¿Qué conclusiones podemos sacar? Este es un estado que Trump ganó 53-45 en el 2020; Ohio hace tiempo que dejó de ser un swing state y ha pasado a ser controlado por los republicanos. Son dos preguntas concretas sobre dos temas específicos, cierto, pero la postura demócrata ha ganado con claridad en ambos. Los votantes estarán tan cabreados como quieran, pero este resultado no parece indicar que el partido del presidente esté en crisis.
Virginia
En Virginia era año de elecciones legislativas, con las dos cámaras en disputa. Los republicanos aspiraban a recuperar el control del senado y mantener la cámara de delegados, consiguiendo lo que se conoce como una trifecta, un mismo partido controlando las dos cámaras del legislativo y el gobernador, dándoles la oportunidad de gobernar en solitario.
El eje de la campaña fue una propuesta moderada del gobernador republicano Glenn Youngkin de prohibir el aborto más allá de las quince semanas de gestación2. Los demócratas hicieron campaña en contra. El martes los republicanos no sólo fracasaron en su intento de conseguir una mayoría en el senado, sino que también perdieron su mayoría en la cámara baja. El resultado es una humillación tremenda para Youngkin, que había flirteado con una campaña presidencial, y otro ejemplo más de que quizás los demócratas no son tan radioactivos como parece.
Un tema común
Si sois perspicaces, os habréis dado cuenta que existe un debate común entre estas tres campañas electorales: el aborto. El derecho a la interrupción del embarazo se ha convertido en un tema absolutamente radioactivo para el GOP desde la sentencia del supremo, capaz de movilizar a las bases demócratas y que ha dejado de motivar a las bases republicanas. Cada vez que unas elecciones se centran en este tema, cada vez que hay un referéndum, cada vez que un gobernador demócrata se erige en defensor de este derecho, han ganado con claridad.
Resulta que retirar derechos a la mitad de la población utilizando un supremo politizado en el que conseguiste supermayoría por pura potra es increíblemente impopular. Quién lo iba a decir.
Los republicanos parecen incapaces de entender que con el aborto se han metido en un campo de minas y que un sector gigantesco del electorado no quiere oir nada sobre “moderación” o nada por el estilo. Quieren volver a Roe v. Wade, sin más, y no aceptarán medias tintas. Y les van a pegar una tunda electoral tras otra hasta que entiendan el mensaje.
Los demócratas ayer sólo perdieron unas elecciones relevantes en todo el país, las elecciones a gobernador de Mississippi. El estado es un poco menos reaccionario que Kentucky (Trump ganó “sólo” por 16 puntos), pero no demasiado. A pesar de todo, el candidato del partido, Brandon Presley, se quedó sólo a cuatro puntitos escasos de su oponente republicano. Presley, no obstante, se opone al derecho al aborto.
¿Y las encuestas sobre Biden?
Hace unos días el NYT y Sienna publicaban un sondeo enorme en los seis estados claves para las presidenciales que arrojaban unos resultados absolutamente espantosos para Biden:
Perder Nevada, Georgia, Arizona, Michigan y Pensilvania, huelga decirlo, equivale a perder la presidencia por goleada el 2024. Toda la encuesta es horrible; es difícil encontrar señales positivas. Los votantes siguen convencidos que la economía americana va fatal (¡con una tasa de paro del 3,9% y la economía creciendo al 4,9%!) y creen que Biden es demasiado viejo para ser presidente. Sienna es una de las mejores casas de encuestas del país, así que sus resultados hay que tomárselos muy en serio.
¿Por qué narices están los demócratas ganando elecciones por todo el país con tanta facilidad entonces?
No estoy del todo seguro, pero mi teoría (que viene de Dan Pfeiffer) es que los sondeos no sólo están midiendo preguntas distintas, sino electorados distintos. El NYT está preguntando sobre Joe Biden y las presidenciales, y ahí los votantes tienen dudas. Cuando en las urnas se les pregunta sobre los demócratas y el aborto, prefieren el partido a los republicanos.
El detalle más importante, sin embargo, es que estas elecciones en Ohio, Virginia y Kentucky son comicios de segundo orden, con una baja participación electoral. Tradicionalmente, los demócratas eran el partido de los votantes “poco propensos” a ir a las urnas, que necesitaban elecciones con alta participación para poder ganar. Post-Trump, y gracias en parte a que son ahora el partido de los universitarios, esa tendencia se ha invertido, y sus bases están mucho más motivadas.
El electorado en general quizás sea hostil a Biden, pero los votantes son más progresistas que el votante medio. Es hastío vital con el sistema político y la hostilidad hacia ambos partidos genera números de popularidad atroces en contra del presidente, pero esos votantes iracundos no han votado al GOP. En una elecciones de segundo orden, se abstienen, haciendo que los demócratas puedan ganar.
Predicciones
Lo que queda por ver, claro está, es qué sucederá el 2024, cuando unas presidenciales de primerísimo orden saquen muchos más votantes a las urnas. A un año vista de las elecciones, esta es la pregunta más importante para Biden, y nadie tiene una respuesta clara. Aunque el sondeo de Sienna es horrible, estamos a un año de los comicios, una eternidad política. Trump se enfrenta a cuatro juicios penales, y el mismo sondeo indica que una condena judicial tendría efectos catastróficos sobre su candidatura3. La economía va como un tiro, y tarde o temprano los votantes acabarán por darse cuenta. Israel dejará de bombardear cosas, y la política exterior pasará a segundo plano.
Por encima de todo, Donald Trump volverá a estar en las noticias haciendo campaña y recordando a todo el mundo lo chiflado que está. Hace unos días, el ex-presidente calificó a las personas encarceladas por el asalto al Capitolio de rehenes, a pesar de que los cabecillas tienen condenas por sedición y se pasarán décadas entre rejas. Entre el sainete del GOP en la cámara de representantes4 y la guerra de Israel, esta astracanada pasó desapercibida, pero tenemos un candidato presidencial alabando a gente que intentó dar un golpe de estado. Trump suelta estas absurdidades constantemente; a diferencia del 2016, no pueden ser tomadas como meras provocaciones o astracanadas para generar titulares.
Dicho en otras palabras: Joe Biden está mejor situado de lo que parece en los sondeos, y podrá competir para ganar el 2024. Cosa que implica, por supuesto, que Trump puede ganar las elecciones presidenciales igualmente, porque a pesar de lo dicho arriba, presentar un señor de 81 años como candidato quizás sea mala idea.
Habrá nervios.
Epílogo local
Las municipales en Connecticut nos fueron muy bien; nuestro candidato ganó en Danbury con claridad, y los demócratas recuperaron varias alcaldías5.
En Bridgeport, Joe Ganim ganó las elecciones otra vez, y lo hizo después de conseguir otra vez un margen misteriosamente abrumador en el voto por correo. Pero Ganim ganó como candidato demócrata tras unas primarias tan corruptas y llenas de irregularidades que un juez ha ordenado repetirlas. Así que habrá dos elecciones más: una primaria demócrata, y una repetición de las generales.
Bridgeport es un lugar absurdo.
Este país es tan grande que siempre hay alguien votando en algún sitio, pero el primer martes después del primer lunes de noviembre siempre es cuando hay elecciones “normales” en múltiples estados.
Nótese que en España el plazo sin restricciones son catorce semanas. Estados Unidos tenía, hasta la sentencia del supremo del año pasado, un régimen sobre el aborto mucho más permisivo que lo que es habitual en Europa. La tasa de abortos por cápita es sobre un 40% superior a la española.
Un seis por ciento del electorado cambiaría su voto de Trump a Biden, es decir, un cambio de doce puntos a favor del presidente.
El nuevo Speaker está en problemas, por cierto. Lo dejamos para otro boletín.
Incluyendo Derby, donde el partido republicano presentó como candidato un tipo que estuvo asaltando el Capitolio el seis de enero.
El miedo de que Biden sea el candidato el año que viene es que con esa edad tu salud puede irse al garete bien rapido. Y no esta Biden para ir perdiendo en salud.
Una pena tambien que se de por sentado que Trump va a ser el candidato republicano, cuando no deberia ni siquiera poder presentarse por haber participado en un intento de sedicion.
Y sobre Bridgeport, a ver si esta vez conseguis que las elecciones sean limpias. No se si el juez puede hacer algo para que el señor Ganim deje de hacer trampas...
Viendo que Biden incendia el planeta como forma de mantener su economía, y somete a Europa a un servilismo vergonzante, yo, siendo muy de izquierdas, empiezo a preferir aTrump y a los republicanos, frente a Biden y el partido de la guerra