Uno de los componentes de la ensalada de leyes aprobada por el Congreso hace unos días para enviar ayuda militar a Ucrania no tenía nada que vez con armas o municiones, sino sobre redes sociales.
La legislación establece que TikTok, la red social favorita de los niños1, como una “entidad controlada por adversario extranjero”. El motivo es que ByteDance, sus propietarios, son una empresa china con vínculos a las autoridades del país. Si no venden la compañía en un plazo de 270 días, no podrán operar en Estados Unidos.
La ley fue aprobada por enormes mayorías en ambas cámaras del Congreso, con el apoyo entusiasta del presidente Biden2. En un país donde todo genera división y polémica, ver una norma de esta clase recibir una votación 79-18 en el senado es increíblemente inusual3. Y más aún con el volumen de críticas recibidas tanto desde la izquierda como de la derecha, y la tremenda popularidad (150 millones de usuarios en Estados Unidos) de la red en cuestión.
Propietarios y televisiones
Antes de entrar en el fondo de las críticas, creo que vale la pena recordar una noticia de 1985, que resulta tremendamente relevante en este caso:
En esa era lejana en los albores de la civilización, Estados Unidos tenía tres cadenas de televisión privadas nacionales, CBS, NBC y ABC. Murdoch, que hasta la fecha de publicación de esa noticia tenía pasaporte australiano, tenía la ambición de crear una cuarta. Con ese objetivo en mente había adquirido el 50% de las acciones de 20th Century Fox, y estaba planeando la compra de Metromedia, la mayor empresa de emisoras de TV independientes del país. La legislación federal, sin embargo, prohibía que un ciudadano extranjero fuera propietario de más de un 20% de una entidad con una licencia de emisión en el país.
Así que Murdoch, que llevaba más de una década viviendo en Estados Unidos, se sacó el pasaporte y punto.
Fox empezó a emitir en 1986, empezando con unos pocos programas de producción propia y dejando enormes huecos para contenido sindicado a sus emisoras locales. En 1987 tuvo sus primeros éxitos de audiencia, aunque sin grandes cifras; The Tracey Ullman Show ganó cierto respeto entre la crítica. A finales de 1989, unos cortos de animación que iniciaron su andadura en este programa se ganaron un slot propio los domingos por la noche. Esa serie, llamada Los Simpsons, acabaría por definir la emisora. Unos años después, Murdoch lanzará Fox News, y como buen ciudadano americano que es, la utilizará para destruir el país. Más o menos.
Influencia internacional y leyes
Dejando de lado la carrera del bueno de Rupert y su genial idea de convertir la política en una espectáculo trash de resentimiento e indignación (alguien ha escrito un libro estupendo sobre ello4), lo cierto es que Estados Unidos tiene una larga tradición de establecer límites y prohibiciones muy, muy estrictas sobre la propiedad de sus medios de comunicación. Los padres fundadores temían (con razón) que un gobierno extranjero pudiera abusar de la libertad del país para influir y corromper el debate político; el Congreso, desde el principio de la república, ha impuesto límites a que foráneos puedan controlar empresas estratégicas. Ya en 1912 prohibieron la venta al exterior de emisoras de radio.
La constitución de los Estados Unidos, en su primera enmienda, garantiza la libertad de expresión y de prensa. Lo que no está en absoluto claro (es más, hay amplios precedentes en sentido contrario) es que estas libertades se extiendan a personas, entidades o gobiernos foráneos. TikTok es una empresa de capital chino, y el congreso muy probablemente tiene toda la justificación legal del mundo para forzar su venta o cerrar la empresa.
TikTok como medio de comunicación
Nótese, por cierto, que hablamos de TikTok, no de sus usuarios. Como todas las redes sociales, el modelo de negocio de TikTok es procesar contenidos creados por sus miembros y mostrárselos al público mezclados con publicidad. Para ello, utilizan una serie de algoritmos personalizados que seleccionan qué contenidos van a mostrar a cada usuario, ejerciendo como editor. Que el mecanismo para poner vídeos delante de espectadores esté automatizado es irrelevante; el dichoso algoritmo está ejerciendo el mismo papel que el director de contenidos en Fox, ABC o CBS, escogiendo qué programas van a mostrarnos, sólo que a mucha mayor escala. La libertad de prensa de TikTok se centra en precisamente estas decisiones, no en lo que dicen sus usuarios.
Pues bien, hay muchos indicios que ByteDance (y con ello, el gobierno chino), toma un papel la mar de activo en la clase de material que priman sus algoritmos - y con ello, pueden utilizarlos para influir en la opinión pública.
Pongamos, por ejemplo, un estudio de Rutgers, con datos de diciembre del 2023, comparando los contenidos en Instagram y TikTok en varios temas políticamente sensibles para el partido comunista chino:
TikTok parece ocultar sistemáticamente cualquier noticia negativa hacia China, además de ser curiosamente pro-ruso y pro-palestino. Estoy seguro de que el hecho que la red social esté controlada por una marioneta mal disimulada de los líderes del país tenga una política de contenidos curiosamente alineada con su política exterior es pura coincidencia.
Así que del mismo modo que la Unión Europea básicamente prohibió RT en su territorio (y Estados Unidos hizo lo propio, declarándoles “agentes foráneos”), creo que está más que justificado hacer lo propio con TikTok.
Y todo esto, por cierto, viene incluso antes de hablar de privacidad, acceso a datos, permisos y demás. Básicamente, no creo que esté en el interés de nadie darle el control de una plataforma propagandística con 150 millones de usuarios a un gobierno totalitario con armas nucleares. Los creadores de contenidos que utilizan la página pueden ir a pegar gritos, bailar o hacerse bromas pesadas a otra parte, que ancha es internet.
Abogados (otra vez)
Por supuesto, todo esto será llevado a los tribunales y litigado hasta la extenuación. Hay expertos legales que creen que TikTok puede esgrimir una defensa basada en la primera enmienda de forma creíble, citando una ley aprobada en Montana y bloqueada por un juez hace unos meses. Esa sentencia, no obstante, sólo argumentaba que Montana no tenía competencias de seguridad nacional, algo que el Congreso sí tiene. El caso llegará al Supremo tarde o temprano, y con este tribunal Dios sabe qué aprobarán; si Trump es presidente y se opone al cierre o venta forzosa, es probable que le den la razón.
TikTok, por cierto, está prohibido en China.
Bolas extra:
India prohibió TikTok no hace demasiado. Lo único que sucedió después fue más tráfico para YouTube e Instagram.
Naiz me entrevistó sobre el libro. También el Independiente (en video).
Todas las regulaciones federales estúpidas que han contribuido a que Estados Unidos esté lleno de coches enormes.
Estados Unidos tiene una cantidad extraordinaria de partos por cesárea.
Vaya por delante: detesto TikTok. Detesto todas las redes sociales, de hecho.
Trump, recordaréis, intentó prohibirla durante su presidencia, pero tras recibir una enorme donación de un accionista de TikTok a principios de año, ahora se opone.
Y un poco engañosa - hubo votos favorables entre algunos legisladores únicamente porque formaba parte del paquete de ayuda a Ucrania.
Comprar “Por Qué Se Rompió Estados Unidos”, donde lo explico muy bien.
Me gustan mucho los artículos que escribes sobre los entresijos de sistema político estadounidense. Son instructivos y ayudan a hacerse una imagen más real de como son los EE.UU.
Dicho esto y en relación con el artículo actual, discrepo de tu visión en lo que respecta a TikTok, pues Facebook, Instagram, YouTube, etc, son igual o más parciales a la hora de censurar o qué mostrar al usuario cuando está conectado a dicha aplicación.
Censurar RT, TikTok o cualquier otro medio porque molesta y menoscaba la narrativa pro-occidenta es tratar a los ciudadanos como idiotas. Flaco favor se hace los llamados países de la libertad y de los derechos humanos cuando el nivel de censura y de represión al que hemos llegado no dista mucho de las dictaduras. Vease como se reprimen manifestaciones estudiantiles pacíficas en los campus universitarios, o se censuran en los medio voces discordantes con la narrativa oficial.
Lo cierto es que el nivel de hipocresía al que hemos llegado resulta bastante irrespirable.
Digo todo esto con el máximo respeto por tu trabajo al que sigo fielmente cada semana.
Un saludo