Israel, sondeos e historias variadas
Repasando todas las historias que se me han escapado estos días
Llevo toda la semana acumulando historias de las que quiero hablar, pero que no acaban de dar para un artículo entero. Así que hoy toca un boletín de breves; uno de esos episodios en series largas y mal escritas que se dedica en exclusiva a atar cabos sueltos.
Israel y los sondeos extraños
Seguir las noticias sobre el impacto de la guerra en Palestina en la política americana es complicado, porque es muy fácil fijarse en narrativas, polémicas y debates periféricos pero no en lo que está sucediendo realmente. Ahora mismo hay cuatro historias más o menos separadas sobre Israel circulando en paralelo, y como mínimo tres de ellas tienen bien poco contacto con la realidad. Vale la pena repasarlas una a una.
La estrategia de Biden
La Casa Blanca parece estar intentando apaciguar y apoyar a Israel simultáneamente. Por un lado, Joe Biden lleva semanas recordándoles los errores de Estados Unidos tras el 11-S, y cómo una respuesta apresurada sin objetivos claros puede empeorar el problema, no solucionarlo. Por otro, Biden también entiende que Hamas no puede quedar impune, y que los países que les apoyan deben entender que cualquier escalada militar tendrá consecuencias inmediatas. La frase más repetida por la administración cuando le preguntan su mensaje para Irán es “don’t” (no lo hagas).
No tengo ni idea si es una estrategia razonable o no, porque la verdad, hace mucho tiempo que dejé de tener una opinión clara sobre cómo arreglar ese conflicto. Biden, de momento, ha conseguido frenar un poco a los Israelíes, pero viendo las matanzas de estos últimos días, no lo suficiente. En general, la influencia de Washington en la política interna israelí está increíblemente sobrevalorada; toda la carrera política de Netanyahu ha consistido en llevar la contraria a Estados Unidos. Aunque Biden puede presionarles, no tienen por qué hacerle caso.
La opinión pública
Insisto, una vez más, en algo que nunca se repite lo suficiente: hay poquísimos votantes que deciden a quién van a apoyar en unas presidenciales según sus ideas sobre política exterior. La inmensa mayoría del electorado americano ni sigue ni entiende demasiado lo que sucede en ultramar, y aún menos cuando se trata de un conflicto donde todos los bandos parecen estar cometiendo atrocidades.
Dicho esto, parece que la postura más o menos comedida de Biden es relativamente popular en los sondeos, probablemente porque no está diciendo barbaridades, actúa con calma y nadie entiende del todo que está pasando.
Se ha hablado bastante de dos sondeos bastante negativos hacia el presidente que merecen cierta atención. Por un lado, su apoyo entre votantes demócratas ha caído bastante, de 86 a 75%. Esto se debe al hecho de que hay un sector de las bases demócratas (sobre todo jóvenes) que simpatiza más con Palestina que Israel, y ven a Biden más alineado con los segundos. El otro sondeo es uno que refleja una enorme caída de apoyo entre votantes de origen árabe. Aunque son caídas significativas, estar molesto con Biden no quiere decir que vayan a apoyar al otro candidato, especialmente si resulta ser alguien tan furibundamente racista y antimusulmán como Trump.
El congreso de los Estados Unidos
Ahora que los republicanos tienen al fin un nuevo Speaker, el congreso puede votar un paquete de ayuda militar a Israel, que es lo que realmente entusiasma a casi todo el mundo en ese edificio. Por desgracia, esto de que sea algo que casi todo el mundo quiere no es suficiente estos días, y los republicanos en la cámara de representantes están decididos a hacer el ridículo.
Hace un par de semanas, la administración Biden propuso un paquete de gasto de más de 100.000 millones dólares1 con ayuda militar a Ucrania, Israel y Taiwan, además de dinero para combatir la inmigración ilegal en la frontera con México. El nuevo Speaker, Mike Johnson, le ha respondido que nada de aprobar todo junto, sino que quiere leyes separadas que, además, vayan acompañadas de recortes de gasto en otras partidas.
Han empezado con Israel (14.000 millones), y la partida de gasto que quiere recortar son 14.000 millones de dólares destinados al Interal Revenue Service (la agencia tributaria) destinados a combatir el fraude fiscal. La oficina presupuestaria del congreso ha respondido que ese recorte reduciría la recaudación en 26.800 millones, así que en vez de “pagar” la ayuda militar a Israel estaría abriendo un boquete considerable en los presupuestos. El partido republicano tiene hobbies como el militarismo, odiar a los gays, reducir la inmigración y ser unos cristofrikis, pero lo que de verdad les gusta es bajar los impuestos a los ricos y permitir que cometan tanto fraude fiscal como les apetezca.
Lo que viene ahora os sonará familiar. Johnson insiste que un paquete conjunto no tiene suficientes votos republicanos para salir adelante en la cámara baja, y les enviará la ley sobre Israel al senado. Los demócratas en el senado (junto con el grueso del GOP) cogerán la propuesta y le añadirán el resto del dinero, enviándola de vuelta a la cámara de representantes. Allí el Speaker tendrá que decidir si la lleva al pleno y sale aprobada con votos demócratas, provocando la indignación del ala reaccionaria del partido, o si deja a Israel sin dinero e intenta echar la culpa a Joe Biden.
Kevin McCarthy lo intentó varias veces, y le salió tan bien que acabó perdiendo el cargo. Veremos qué tal le va al nuevo Speaker.
La “oposición” a Israel
El partido republicano y la mediocracia conservadora anda estos días obsesionadísima con uno de sus espantapájaros favoritos, los campus universitarios de la Ivy League. Como cualquiera que ha estado cerca de una facultad de políticas, sociología o humanidades bien sabe, hay un sector de alumnos y académicos dispuestos a apoyar absolutamente cualquier cosa con tal de llevar la contraria y parecer rebeldes. Estos días, la minúscula minoría cargante de turno ha decidido abrazar la causa de Hamas y flirtear con el antisemitismo, montando protestas y diciendo bobadas con el mismo entusiasmo de aquellos que en tiempos pasado defendieron al Ché, los Khemeres Rojos, Sendero Luminoso o el Franquismo2.
A los republicanos, por supuesto, les parece el problema más urgente del mundo mundial ahora mismo, y Fox News está dedicándole horas y horas de cobertura en sus informativos. Como era de esperar, la reacción de la minoría de impresentables antisemitas en las universidades han reaccionado a salir incesantemente por TV siendo aún más impresentables y ruidosos, Fox News los trata como si fueran portavoces de la izquierda o algo más siniestro, y todo el mundo anda perdiendo horas y horas discutiendo sobre estos imbéciles.
Por supuesto que hay antisemitismo en Estados Unidos. Pero el antisemitismo peligroso no son estos cuatro tarados en Princeton o Harvard. Y desde luego, darles un micrófono no hace nada para solucionar el problema.
Las tribulaciones de Donald Trump
El bueno de Donald Trump está pasando un rato estupendo en el juzgado de Nueva York que lleva su caso sobre fraude fiscal en sus empresas (y que acabará, casi seguro, con una prohibición de que la Trump Organization pueda operar en ese estado), incluyendo multas por desacato, insultos al juez y numeritos variados. El expresidente ha tenido al menos la “buena” fortuna de que entre la implosión del GOP en el congreso y la guerra en Palestina, lo suyo no ha salido demasiado en la tele.
El caso con el que nadie contaba que puede ser más ruidoso es otro, sin embargo. No sé si recordaréis un boletín de hace unos meses sobre la decimocuarta enmienda, un cambio constitucional aprobado tras la guerra civil que prohíbe a aquellos que han participado en una insurrección de ostentar cargo público alguno.
Un grupo de votantes en Colorado demandó hace un par de meses a la secretaria del estado de Colorado (quien lleva la administración electoral) exigiendo que Trump no aparezca en las papeletas debido a su papel en el asalto al Capitolio del seis de enero del 2021. Como comenté entonces, no es una teoría del todo descabellada (es más, si lees la constitución de forma literal es la interpretación más obvia), pero había dudas si algún juez mordería el anzuelo.
Bueno, en Colorado hay una que se está tomando muy en serio el caso y ha decidido que la demanda es lo suficiente sólida como para al menos ir a juicio. Por descontado, una sentencia contraria al presidente distaría mucho de ser la última palabra; habría recursos y más recursos hasta llegar al supremo, y ahí una mayoría conservadora es probable que proteja a Trump.
A no ser que por aquel entonces alguno de sus casos judiciales sobre su intento de golpe de estado tengan una sentencia en firme, y la interpretación de las enmiendas de la rebelión sea mucho más fácil. Veremos.
Bridgeport y sus tradiciones
La primera vez que escribí por aquí sobre Bridgeport fue el 2020, tras el más que probable fraude electoral en las primarias a la alcaldía del año anterior. La segunda vez que escribí por aquí sobre Bridgeport fue hace algo más de un mes, tras el más que probable fraude electoral en las primarias a la alcaldía de este año3.
Ayer un juez estatal decidió que las primarias de la ciudad tuvieron tal cantidad de irregularidades, chapuzas y más que probable fraude como para hacer necesaria una repetición electoral.
Hay un pequeño inconveniente: las elecciones municipales son el martes que viene, y el partido demócrata (que domina la ciudad por completo) no tendrá a nadie en la papeleta para la alcaldía. Gracias a las extrañas y absurdas leyes electorales de este bendito estado, el juez puede exigir unas nuevas primarias pero no puede retrasar las generales, así que la semana que viene en la ciudad van a votar a un alcalde, caiga quien caiga.
Esto no implica, por cierto, que Bridgeport tendrá un alcalde republicano. En la papeleta aparecerán los tres candidatos que se presentaron a las primarias demócratas, pero bajo otros partidos. Joe Ganim, el (alegre e inefablemente corrupto alcalde4), será el candidato del “New Movement Party”, un chiringuito zombie ad hoc heredado de otro candidato en elecciones anteriores5. John Gomes, que quedó segundo (y probablemente las había ganado) aparecerá bajo el Independent Party. Lamond Daniels, que no recogió suficientes firmas, aparecerá como candidato “no afiliado”6.
Es decir: las primarias demócratas resulta que importaban poco, porque todos los candidatos tenían un plan B en caso de que fueran derrotados para presentarse a las generales. La sentencia judicial, en todo caso, le quita a Ganim ser el candidato “por defecto” al no aparecer como demócrata, y acredita (aún más) que este señor es un impresentable que nunca debería ocupar la alcaldía.
Rarezas bancarias
Cerramos hoy con una historia francamente extraña: Mike Johnson, el nuevo Speaker de la cámara de representantes, no tiene una cuenta bancaria. Tampoco tiene cuenta de ahorros, ni acciones, ni bonos del tesoro, ni nada similar. No tiene activos financieros, ni fondos de pensiones, ni inversión monetaria alguna. Tampoco los tienen su mujer o sus hijos.
Es un poco inexplicable.
Bolas extra
La cámara de representantes votaba ayer la expulsión de George Santos, ese héroe revolucionario y hombre de acción. El tipo sobrevivió, increíblemente. No que no vaya a acabar en la cárcel igual.
Es muy probable que Ron DeSantis ya no sea segundo en las primarias republicanas; Nikki Haley le ha adelantado en varios sondeos.
Esa es la buena noticia para Haley. La mala es que Trump está a 30-40 puntos de distancia.
Como referencia, el presupuesto militar entero de España está un pelín por encima de los 20.000 millones.
Existía una subcultura extrañísima de superfans de Francisco Franco en el movimiento conservador americano. En serio.
Cometido por la misma gente que estaba acusada de cometer el fraude hace cuatro años.
Recordatorio: este tipo fue condenado a siete años de cárcel por corrupción en su primera estancia en la alcaldía. Fue reelegido tras cumplir su pena.
Os he dicho que la política en Bridgeport es extraña. El New Movement fue fundado por un señor que amenazó de muerte a Ganim, por cierto.
Si os preguntáis por qué no hay nadie presentándose bajo Working Families Party, es una larga, larga, larga historia que merece ser contada en otra ocasión, tras unas cuantas cervezas. Muchas cervezas.
> ha decidido abrazar la causa de Hamas y flirtear contra el antisemitismo
¿Errata (contra > con)?