A principios del mes pasado, una coalición de grupos pro-abortistas en Ohio presentó más de 710.000 firmas en la oficina del secretario del estado pidiendo la celebración de un referéndum en noviembre. Ohio, como muchos estados del país, tiene un sistema de iniciativa popular que permite a los votantes proponer enmiendas constitucionales. En este caso, los firmantes querían cambiar el artículo I, sección 22 de la (larguísima) constitución de Ohio para proteger el derecho de la mujer a interrumpir de forma voluntaria su embarazo.
Ohio, en tiempos recientes, ha girado considerablemente a la derecha, y está lejos de ser el swing state que solía allá por el 2008-2012. Tanto el gobernador como las dos cámaras legislativas están en manos de republicanos, y están gobernando como tal. El año pasado, aprobaron una ley que prohibía el aborto más allá de las seis semanas de embarazo, con la salud de la madre como única excepción posible (es decir, prohibiendo incluso en casos de violación o incesto). Aunque esa ley ha sido (por ahora) bloqueada en los tribunales, es casi inevitable que acabe por entrar en vigor antes de que acabe el año.
Ante la abrumadora mayoría legislativa republicana y el entusiasta gerrymandering del GOP (que también está en los tribunales), los demócratas del estado saben que no tienen posibilidad alguna de cambiar esa ley a corto plazo. También saben, sin embargo, que hay una sólida mayoria de votantes en Ohio que se oponen a prohibir el aborto con una ley tan restrictiva, así que decidieron optar por la opción de ponerlo directamente en la papeleta con este referéndum constitucional. Todo parece indicar que pueden ganarlo.
Maniobras constitucionales
Esto que se vote sobre el aborto y decidan las urnas, sin embargo, ofende profundamente a las buenas gentes del partido republicano de Ohio, así que decidieron combatir tal terrible atrevimiento con un ingenioso plan. Los legisladores convocaron un referéndum en agosto con una enmienda constitucional que subiría el umbral de los referéndums constitucionales de un 50% al 60% del voto. Si querían proteger el aborto, no iba a bastar con ganar; ahora sería necesaria una mayoría enorme1.
Los republicanos, los muy benditos, empezaron la campaña diciendo que esta votación era para impedir que “millonarios y grupos de interés” siguieran explotando el sistema de referéndums de Ohio, y que esta era una medida totalmente inocente. Los pro-abortistas, sin embargo, se movilizaron de inmediato pidiendo el “no”, y dejando muy claro que este primer referéndum era un caballo de Troya para prohibir el aborto en el estado.
La campaña inmediatamente degeneró en el típico aquelarre de las guerras culturales americanas recientes. Varios millonarios conservadores del país regaron de dinero a una serie de grupos del estado para financiar anuncios alegremente transfóbicos como este, sin relación alguna con el aborto:
Es un libro bien conocido, que el GOP y sus aliados han utilizado en elecciones recientes en sitios como Michigan o Kentucky. Alguien les debería haber recordado, sin embargo, que allí perdieron.
Movilizando a la oposición
Ohio votó ayer sobre la proposición para hacer más difícil la reforma constitucional. El “no” se impuso 57-43 en un estado en el que Trump se impuso 53-45 hace menos de tres años. Es otra paliza más contra legislación que intenta prohibir el aborto, o en este caso tan alegremente rebuscado, que intentaba hacer más difícil votar para protegerlo.
Los sondeos, ahora mismo, indican que la enmienda constitucional pro-aborto tiene muchas opciones de ganar este noviembre.
En la sentencia del año pasado en la que el tribunal supremo de los Estados Unidos decidió que no existía un derecho constitucional al aborto, Samuel Alito, el juez conservador que redactó la sentencia, decía que era hora de que los votantes en cada estado decidieran, no los tribunales. Desde entonces, cada vez que el aborto ha sido sometido a referéndum en el país (seis estados: Kansas, California, Kentucky, Michigan, Montana y Vermont) la posición pro-abortista ha ganado con claridad2. Los republicanos han adoptado ahora la estrategia de intentar bloquear referéndums sobre la materia, porque los votantes supongo que deben decidir, pero no mucho. En Ohio, incluso el intento de bloqueo ha perdido por goleada.
Las consecuencias de una victoria
Todo parece indicar que las consecuencias de Dobbs v. Jackson van mucho más allá de los derechos y la salud de las mujeres. La sentencia del supremo indignó a un porcentaje considerable del electorado, y ese cabreo no sólo dio a los demócratas un resultado excepcionalmente bueno en las legislativas del año pasado, sino que lo ha mantenido movilizado y listo para ir a las urnas. La sentencia del aborto, probablemente, ha hecho que las mujeres con educación universitaria se hayan convertido en votantes no ya hostiles, sino que se mueren de ganas de liarse a tortas con el GOP cada vez que tienen la oportunidad de votar sobre el tema.
Durante décadas, el aborto era uno de esos temas que los republicanos utilizaban para movilizar un grupo pequeño pero muy, muy motivado y asegurarse de que siempre salieran a las urnas. Tras la victoria del movimiento anti-abortista en el supremo, este grupo o ha cantado victoria y se ha ido a casa, o se ha liado en la nueva obsesión conservadora con los transexuales, que no parece darles más que un puñado de votos. En el otro lado, mientras tanto, los demócratas tienen un voto movilizado, entusiasta, y que está la mar de dispuesto a castigar a políticos republicanos en las urnas.
Si eras pro-vida, Dobbs desde luego fue una gran victoria, la culminación de décadas de trabajo. Si eras un político utilizando el tema para ganar votos, el adjetivo “pírrico” es algo que vas a repetir a menudo durante los próximos años.
Bolas extras
Los abogados de Trump decidieron poner por escrito todo su plan maligno para dar el golpe de estado, incluyendo los motivos por el que era ilegal, mientras intentaban ejecutarlo tras perder las elecciones. Nadie parece haber visto The Wire en esa casa.
El supremo inesperadamente ha dicho que un reglamento sobre control de armas de fuego es (por ahora) constitucional. El caso es fráncamente divertido: si pides un kit para fabricar una pistola o revolver por correo, ¿es eso una arma de fuego o no?
Ron DeSantis ha despedido a su director de campaña. Ya era hora. El hombre parece finalmente haber descubierto que puede criticar al expresidente diciendo cosas tan radicales como que Trump perdió las elecciones.
Si miras los sondeos de las primarias republicanas así un poco de cerca con los ojos entrecerrados hay señales muy, muy difusas y débiles de que quizás la imputación de Trump por dar un golpe de estado ha tenido un cierto impacto negativo en las encuestas. Pero no mucho, que conste; es posible que sea ruido estadístico. Es muy temprano para decir nada. Pero quizás no sea invencible.
Es bastante extraño que un referéndum convocado de forma posterior pueda cambiar las condiciones en las que se disputará el primero, pero esto es Ohio y la coherencia no importa.
Como referencia: en Kentucky, Trump ganó 62-36; en Montana 57-41, en Kansas 56-42.
Este artículo sigue siendo buenísimo para quien quiera un extenso resumen del suicidio electoral que el GOP está llevando a cabo por su obsesión con la gente queer
Uno se pregunta si eventualmente sacrificarlo todo en aras de un tema tan impopular no les acabará empujando abiertamente al insurreccionalismo puro y duro. El GOP y sus bases da cada día más miedo.
https://www.ettingermentum.news/p/the-modern-electoral-history-of-transphobia