Uno de los pequeños privilegios que tenemos donde vivo es que el colegio de mi hija está muy, muy, muy cerca de casa. Básicamente, lo único que tenemos que hacer es cruzar la calle, andar media manzana, y ya estamos en la puerta; en un país donde el coche es el medio de transporte por defecto para absolutamente todo, es muy agradable no tener que pensar en moverlo o aparcar cada mañana.
El colegio (una escuela de primaria) está en un barrio residencial, rodeado de casitas unifamiliares. Hay un pequeño parque a un lado, y un patio con columpios y una pista de baloncesto detrás, además de un aparcamiento para empleados. La biblioteca y el ayuntamiento están también cerca, cinco minutos a pie. Es un sitio casi agradable, a pesar de la tradicional insistencia del urbanismo local de no mezclar usos.
Colegios aislados
Según las leyes de urbanismo vigentes en el estado, construir este colegio de primaria, ahora mismo, sería casi imposible, ya que no cumple con las recomendaciones del departamento de educación. La legislación sobre construcción de escuelas de Connecticut exige que la parcela mínima para un centro con 250-300 alumnos sea de 5,2 hectáreas (13 acres), o el equivalente a cinco manzanas del Eixample de Barcelona. El colegio, aparcamiento y parque ocupan apenas una hectárea. La cosa es aún más exagerada para institutos de secundaria, donde la parcela mínima es de 8,1 hectáreas (20 acres), haciendo esencialmente imposible construir nada dentro de una zona residencial existente.
Lo que acabamos viendo es que cuando un municipio como East Haven (población 28.700) quiso renovar su instituto de secundaria, pasó de este edificio (ahora reconvertido a apartamentos para mayores de 55 años):
A esta bonita monstruosidad en medio de ninguna parte:
Fijaros el tamaño de los cochecitos y del aparcamiento, y cómo está totalmente aislado. De la calle en la parte de arriba de la imagen (que es una carretera sin aceras, de todos modos) hasta la puerta del instituto hay casi un kilómetro a pie, cuesta arriba. Nadie vive cerca de este mamotreto. Tiene 866 estudiantes, y sólo pueden llegar en autobús o en coche.
La mayoría usan los autobuses, esos monstruos amarillos que habéis visto mil veces en películas americanas. Debida a la extraordinaria dispersión de la población del municipio (que es, de nuevo, perfectamente habitual en Estados Unidos) el instituto de East Haven tiene veinticinco rutas diferentes, algo que es, sobra decirlo, tremendamente caro de ofrecer. Algunas son largas, con la primera parada a las 6.30 a.m. para asegurarse que los estudiantes llegan a la hora de empezar las clases, las 7.25 a.m.1.
Los que van en coche (conduciendo ellos2 o porque les llevan) se ven sometidos a otro de esos rituales incomprensibles de Estados Unidos fruto de su profundo amor por el mal urbanismo, las enormes colas de coches para dejar al chaval. Los colegios americanos construidos en medio de la nada suelen tener elaborados serpentines y calles para gestionar cientos de coches, ocupando cantidades absurdas de espacio porque un coche privado es muy ineficiente en espacio-por-pasajero.
Lo más absurdo de todo esto es que esto es nuevo. A finales de los años sesenta, la mitad de los niños de Estados Unidos iban a pie o en bicicleta a la escuela. Este porcentaje ha caído ahora al 10%. Más de la mitad utilizan u vehículo privado estos días, a pesar de que todos los colegios del país tienen autobuses gratuitos. Esto hace que, por supuesto, los nuevos colegios dediquen aún más espacio a los coches, haciendo que aún menos gente utilice otras opciones.
Barrios ilegales
En algún momento indeterminado entre 1950 y 1980, los planificadores urbanísticos de Estados Unidos básicamente decidieron que todo lo que habían hecho hasta ahora era ilegal. Para “modernizar” las ciudades, cambiaron los estándares de calles y carriles de circulación para hacerlos más anchos y facilitar el tráfico. Para “renovar” barrios redujeron la densidad permitida en muchos de ellos, favoreciendo la construcción de casas unifamiliares.
Esto hace que muchas de las formas de urbanismo que asociamos con Estados Unidos sean, de hecho, ilegales de construir en los barrios donde existen. En New Haven, por ejemplo, hay un barrio famoso por sus rowhouses (casas adosadas):
Donde si alguien quiere construir más casas de este tipo en un solar vacío no puede, porque es “demasiado denso”. Otra tipología muy típica en Nueva Inglaterra en barrios obreros y de clase media son las triple deckers (“tres cubiertas”), edificios de madera de dos plantas con dos apartamentos por planta:
Construirlos es a menudo completamente ilegal, ya que, de nuevo, son demasiado densos. ¿Estas calles así estilo Main Street de Disney con comercio en planta baja y dos o tres pisos encima? Casi completamente ilegales de construir en casi todas partes.
Pijos y barrios agradables
Dado que esta clase de barrios densos donde no necesitas el coche y hay vida en la calle son tan poco habituales, donde existen (casi siempre en ciudades relativamente antiguas; los suburbios no suelen tenerlos) suelen ser tremendamente caros, tanto por su escasez como porque son sitios estupendos donde vivir. Como es poco menos que imposible de construir más viviendas en ellos con la densidad suficiente para hacerlas abundantes y asequibles, estas zonas suelen gentrificarse a marchas forzadas a poco que haya algo de actividad económica cerca.
Es entonces cuando los yuppies empiezan a llamarles “barrios históricos” y buscar protecciones para mantener su “carácter”. A los pocos años, tienen distritos pijos que parecen un parque temático, mientras que el resto de los mortales se ven forzados a buscar una casa unifamiliar en los suburbios a parir de lejos de todas partes.
Lo que es interesante también es cómo esta clase de barrios, en un estado de conservación y pijismo más o menos agudo, perviven en muchos sitios, y dónde a tipología de densidad relativa sigue existiendo. La respuesta, en casi todas partes, es esta:
En muchas ciudades, los suburbios crecieron (o fueron creados directamente) por la red de tranvías. Dado que era una época pre-automóvil, los barrios nuevos solían ser (relativamente) densos y compactos, con la clase de edificios que acaban “creando” barrios gentrificables. El problema, claro está, es que en su ardor purificador, muchos de los urbanistas de los 60-80-90 se dedicaron a demoler esos barrios, o a “renovarlos” destruyendo gran parte de esa densidad. Véase New Haven, en 1934:
O la misma calle, ensanchada y “mejorada” para coches, el 2023:
Se dice a menudo eso de que a los americanos les gusta mucho el coche y vivir en sitios así aislados, pero esto es un fenómeno relativamente reciente y casi completamente derivado de regulación y leyes. Y el hecho que no haya más zonas amables con el peatón es fruto de prohibiciones urbanísticas, no que nadie las quiera.
Por desgracia, nadie le presta la más remota atención a las elecciones municipales en este dichoso estado, por mucho que escriba columnas avisando de que las regulaciones de urbanismo son locales y muy, muy importantes. En fin.
Bolas extra:
Lo de los apartamentos para mayores de 55 es una estrategia de muchos municipios en Connecticut para construir viviendas nuevas pero asegurándose que sus inquilinos no tendrán hijos en edad escolar. La educación es municipal, y los niños cuestan dinero.
Tim Scott, senador por Carolina del Sur, decide abandonar su candidatura a las primarias presidenciales republicanas. Ha pasado sin pena ni gloria y sin haber criticado al tipo que le estaba derrotando ni una sola vez.
Peter Thiel, uno de nuestros genios del mal favoritos y persona increíblemente extraña, anuncia que no donará dinero a ningún candidato el 2024.
Donald Trump anda llamando “ratas” a sus oponentes en discursos y diciendo que son el “enemigo interior”, en una frase que casi seguro sonaba mejor en el alemán original.
Nuestro senador aguafiestas favorito, Joe Manchin, no se presentará a la reelección el 2024, cosa que significa que los demócratas casi seguro perderán su escaño en West Virginia.
El horario de clases del instituto de secundaria es de 7:25 am hasta las 2:20 pm. Si os parece lógico pedirle a un chaval de 16 años que amanezca a estas horas para plantarse en clase una mañana de enero a diez bajo cero a en Nueva Inglaterra, sois igual de psicópatas que el departamento de educación de aquí. Creo que los americanos odian el transporte público por culpa de esta clase de horarios.
La edad de sacarse el carnet es 16, algo que también es muy mala idea.
Creo recordar que la epoca de entrada al instituto publico eran las 9, teniendo en cuenta que en españa tenemos un desfase horario de una hora respecto a la zona mas oriental y de dos respecto a la mas occidental, no veo tan rara la hora de entrada mas alla de nuestras costumbres horarias.
En cuanto al paradigma del urbanismo en EEUU, está claro que ha calado tan hondo el uso del vehículo privado como simbolo de status,bienestar y expansión de la clase media que no conciben otra forma de urbanismo si no es asociada a pobreza y marginalidad.
Siempre he pensado como iba a afectar el peak oil a estros monstruosos barrios, aunque parece que la transición energética va a llegar mucho antes del desabastecimiento, aunque teniendo en cuenta el negacionismo pro-petroleo que hay en EEUU nunca se sabe.
Hola
¿Podrías aclararnos una cosa, por favor?
Cuando son las 7:25 AM, ¿Qué hora solar es?
En España, de abril a octubre incluidos, las 7 25 AM son las 5:25 solares, y de noviembre a marzo las 6:25.
Gracias, saludos y sigue con tus artícilos. Son muy interesantes